20101002

CAPÍTULO 14    MAS HISTORIAS

                      
                                                                                                  
   
Campeonato Rexina Acción ‘72
                                                                                          Por: Héctor Toto Gerling
                              15-05-12                 

A fines del año 1.971 las autoridades del Club Argentino de Paracaidismo (CAP) fueron  contactadas por el representante de una empresa de publicidad informando que próximamente se lanzarían a la venta los productos Rexina (hoy Rexona) y tenían como proyecto para ello armar una compañía de espectáculo aeronáutico deportivo, basado principalmente en la actividad de paracaidismo y cuyo nombre sería Campeonato Rexina Acción ’72, que incluiría, además, algún avión para acrobacia aérea.
De concretarse el convenio se armaría un calendario de exhibiciones que recorrería el país en ocasión de las celebraciones, especialmente en las más importantes fiestas nacionales populares, tales como; los carnavales en Mar del Plata, la Fiesta de la Vendimia en Mendoza, la Fiesta de la Manzana en Río Negro, Cosquín, en Córdoba, etc., por lo cual requería la intervención de paracaidistas, que lo motivó recurrir a nuestro club.
Ante la aceptación por parte de las autoridades del CAP de esta propuesta, la empresa comenzó programando en Mar del Plata en plena época de turismo, durante la fecha de los carnavales el primer espectáculo aerodeportivo.
La persona dueña de esta agencia de publicidad no tenía mucha idea (o casi nada) de lo que estaba proyectando. Una vez que el representante de la agencia de publicidad, contando con nuestra total cooperación en lo que a paracaidismo se refiere,  presentó el presupuesto a la firma  productora  y éste le fué aceptado, comenzaron a surgir la mar de inconvenientes, algunos de ellos muy caros.
Entre las exigencias para llevar adelante el espectáculo se debía contar con los aviones lanzadores y los pilotos para nuestros saltos.
Este material de vuelo, conjuntamente con sus tripulaciones, le fue contratado al Centro Universitario de Aviación (CUA). Uno de los primeros enojos del empresario se dio cuando los pilotos exigían varias horas por día  para poder concurrir a la playa, debido a que no cobraban por la tarea de pilotos lanzadores. La organización tan solo les daba el alojamiento, la comida y el traslado interno, además de los gastos operativos de las aeronaves. También fue de la partida el piloto de acrobacia Héctor SANCHEZ, quien concurrió con su avión biplano Focke Wulf (FW-44), llevando a cabo espectaculares sesiones de acrobacia sobre el mar a lo largo de la playa La Perla.
Como parte de la tramitación estaban las distintas autorizaciones, los cuales eran engorrosas y en todos lados, cuando se enteraban que era comercial, peor todavía.
Los permisos del uso del espacio aéreo lo otorgaba la Fuerza Aérea Argentina, el permiso para utilizar la playa La Perla como lugar de aterrizaje, lo daba la provincia de Buenos Aires, las aguas jurisdiccionales eran nacionales, por lo tanto los permisos y el apoyo de seguridad se gestionaba ante la Prefectura Naval Argentina y por último las calles de la ciudad también requerían de permisos para su ocupación que lo extendía la municipalidad local.
Estas gestiones, todas ella previas a nuestra concurrencia a “la feliz” volvieron locos a las personas de la agencia, las finalmente fueron consiguiendo cada una de las autorizaciones.   
Dado que era un contingente bastante numeroso, entre paracaidistas, pilotos, promotoras, empleados de la agencia, etc. se había  previsto anticipadamente la estadía en un hotel, pero el drama mayor eran los restaurantes. Por tratarse de la fecha que más gente había, no pudieron reservar lugar en ningún lado para el racionamiento del contingente, motivo por el cual había que peregrinar por la ciudad buscando un lugar para tantas personas donde almorzar o cenar, pues el desayuno lo teníamos incluido en el hotel.
  El tema, principalmente del almuerzo, era una de las partes más enojosas del asunto, incluso hubieron algunos reclamos destemplados por parte de algún paracaidista, que casi motivó que fuera enviado de regreso al otro día de la llegada.
 Por fin una noche, aproximadamente a las 22:00 horas, desde las instalaciones de nuestra secretaría social en la calle Virrey Cevallos, a bordo de un ómnibus, salimos todos rumbo a nuestro destino final:  la ciudad de Mar del Plata!!.       
Es así que entre el 12 y 17 de febrero del año 1.972 en la  Playa La Perla de la ciudad de Mar del Plata se llevó a cabo el Campeonato Rexina Acción ’72.
En este evento participaron 12 paracaidistas todos integrantes del Club Argentino de Paracaidismo (CAP) que realizaron tres saltos cada uno desde aviones Cessna 172 (C-172) del Centro Universitario de Aviación (CUA) que operaban desde el Aeródromo “Batan”, sede del Aero Club Mar del Plata. Todos los paracaidistas utilizábamos paracaídas Para Commander  MK1 (PC MK1) de manera no tener ventajas unos sobre otros.
La prueba consistió en lanzamientos de precisión de aterrizaje (PA) desde 1.000 metros de altura con el aterrizaje sobre un lugar prefijado en la playa que eran un par de lonas de color contrastante.

  El paracaidista Alfredo Albertengo, ganador de este
Campeonato Rexina Acción '72
maniobrando sobre el blanco.

Recuerdo que en la primera tanda del primer vuelo, Alfredo ALBERTENGO aterrizó  en pleno centro de la marca ante el delirio de los miles de espectadores. La multitud aplaudió y festejó este inicio. Las promotoras se cansaron de repartir productos. Todos  comercialmente estaban muy entusiasmados. Los primeros cálculos de personas eran del orden de 100.000 espectadores, cifra ésta que luego fue revisada.
La segunda tanda de la primera ronda, apuntó el salto por el viento de superficie, en desconocimiento que el viento de altura estaba en dirección opuesta lo que motivó ser arrastrado lejos de la costa. Los paracaidistas que fueron a parar mar adentro fueron rescatados por las lanchas de apoyo.
La tercer tanda (en la cual me encontraba), alertada por el piloto de dónde habían “amerizado” los paracaidistas anteriores cambiamos el lugar de abandono de máquina y si bien también fuimos al agua lo hicimos bastante mas cerca de la playa, incluso alguno pudo, como yo volver caminando desde el agua.

 Imagen de la zona de aterrizaje y la tarea de los jueces y auxiliares.
Nótese la cantidad de público que se dio cita para ver el espectáculo.

Norma estaba en el blanco como apoyo y coordinadora y el representante de la empresa de publicidad desde el puesto de transmisión gritaba desaforado…¡¡¡Norma por favor explíquele al público qué está pasando que los paracaidistas caen en el agua!!!.
-  Por supuesto yo no expliqué nada a nadie y el señor se enojó muchísimo, pero es que no había explicación posible, nueve de los doce paracaidistas le habían errado al continente!!!.
La verdad, dice Norma – Personalmente me preocupaba mas porque los paracaidistas fueran rescatados que dar explicaciones al público.   
Mayúsculo fue el enojo del publicista cuando se le informó que no se podía hacer más actividad por el día  porque casi todo el material de lanzamiento estaba mojado y lo que era peor con agua salada, por lo tanto había que lavarlos y dejarlos secar hasta el otro día.

Promociones, anécdotas y demás…
Como parte de la promoción de este campeonato, la empresa contratante nos llevó a degustar un almuerzo en la casa que el actor Darío VITTORI poseía en esa ciudad balnearia, donde demás está decir habían representantes de la prensa oral, escrita y televisiva que divulgaron este acontecimiento. Sin embargo, esta visita,  a la mayoría de nosotros nos dejó con un cierto vacío en el estómago.
Dentro de este proceso promocional, la prensa escrita local entrevistó a personalidades de la delegación de paracaidistas del CAP, siendo nuestro presidente y paracaidista competidor una de las personas requeridas.
-       Cuando se aterriza bien uno siente una sensación maravillosa y además se gratifica con el éxito” confió Carlos A. BUEDO (31, presidente del Club Argentino de Paracaidismo) a la prensa local, “Además, contrariamente a lo que toda la gente cree, el aterrizaje es un golpecito similar al que puede darse alguien que salte desde una silla, pero el viaje de descenso (caída libre) es mucho más entretenido”.
También Jorge STANCATI fue abordado por un periodista, quien le preguntó con un tono no dramático, pero sí esperando una respuesta más entusiasta
-   Dígame cómo es el gran esfuerzo físico que deben hacer los paracaidistas?.  A lo que al “Flaco” con su particular filosofía le respondió.
-  “No, esfuerzo físico ninguno!!”
Una actividad como el paracaidismo es  proclive a  que durante el desarrollo de los saltos ocurran situaciones inesperadas, a veces risueñas y otras no tanto. A ninguno de nosotros se nos había cruzado por la mente que pudiéramos caer al agua.  Cuando de un momento a otro fuimos a parar al océano ocurrieron acontecimientos que ahora las consideramos anécdota, pero que en ese momento eran situaciones inesperadas que deberían ser resueltas en el momento y satisfactoriamente.
En oportunidad del primer salto acuífero Carlos BUEDO cuenta lo siguiente de esta  manera:
-“Recuerdo el salto en el que todos, menos Pavita (Alfredo Albertengo) caímos en el mar. Cuando vi que la cercanía de la costa era imposible de alcanzar, dirigí mi paracaídas hacia un barco de rescate  que estaba en las inmediaciones, logrando acuatizar a pocos metros de ella. En seguida se unió Carlos DUBOIS que también tuvo la misma idea, pero su paracaídas quedó enredado en la hélice del barco”
-“Como él me dijo que no se sentía en condiciones de desenredarlo yo me sumergí y luego de varios intentos conseguí destrabarlo y recuperarlo, pero como el agua salada me empujaba hacia arriba, rozaba permanentemente con el casco de la embarcación, que tenía adheridos una especie como de diminutos mejilloncitos que me produjeron muchos aunque minúsculos cortecitos en casi todo el cuerpo. Nos divertimos mucho”.
   También Armando AGOSTA ha contado lo suyo, que creo, merece ser narrado, por eso del amor propio que a veces no lo es tanto.
   Cuenta Armando que cuando estaba maniobrando su paracaídas sobre las olas del océano, distanciado de la costa, y habiendo acuatizado (amerizado) próximo a una escollera, se aproxima una de las lanchas de rescate para socorrerlo de ese trance tan inesperado.
   Parecería ser que Armando no quería defraudar a su público que desde la playa y terraplenes observaba entusiasmado el espectáculo, motivo por el cual decidió depositar el paracaídas en la lancha y ganar la costa a nado.
   Así fue que metro a metro y con gran esfuerzo fue aproximandose al área prevista para el aterrizaje (arenizaje, allá en la playa). Parecería ser que el esfuerzo era demasiado y en esos casos es cuando se comienza a observar la actitud de los guardavidas que sentados  plácidamente eran observadores privilegiados de la escena que para el paracaidista nadador era cada vez más complicado, pues por más que lo intentaba no avanzaba.  
- “Por qué no vienen los bañeros y me ayudan??”. – “Que hacen ahí sentados mirando y charlando sonrientemente entre ellos sin hacer nada?”. –“Y yo que ya estoy muy cansado, no voy a llegar!!”.
   Y si se cansó, y dejó de bracear e intentó tocar fondo para, por lo menos saber qué tan profundo era en ese lugar el mar, o eventualmente descansar, y…, oh, gran sorpresa!!. El agua le llegaba a la altura de la cintura!!. Y entonces, por qué tanto esfuerzo en intentar nadar si podía salir caminando!.
   De allí que los bañeros salvavidas lo miraban y se reían. Hubiera sido mejor haberse quedado embarcado en esa lancha junto a sus otros compañeros de infortunio que habían corrido la misma suerte que él.
-“Y todo por querer demostrar que a mi en lancha no me sacan del mar!!. Y bueno, así me fue.
   Otra anécdota es la que le ocurrió a Alfredo ALBERTENGO.
   En este campeonato promocional de lanzamiento al mercado de un nuevo producto de uso masivo había toda una organización de una empresa de publicidad para llevarlo adelante  contaba entre sus múltiples personajes a paracaidistas, pilotos, técnicos y las infaltables y necesarias promotoras. Todas bonitas ellas.
   Y por qué esta introducción?. Porque Alfredo ALBERTENGO (Pavita que le decían) era una de esas personas (para colmo paracaidista el hombre) que rápidamente hace amistades. Tal era el caso que casi nunca tenía tiempo para cenar junto al grupo de este “circo aéreo” y más rápido que la salida de un pilotín se perdía en la promoción en la noche marplatense, regresando generalmente al dormitorio en horas de la madrugada.   
   Sucedió una noche que durante una cena los muchachos que compartían la habitación con “Pavita” (y algunos otros más también) le pidieron al mozo que nos atendía si les podría dar en una bolsa desechos y sobras de pescados, calamares, ostras y vaya uno a saber qué cosas más con la intención de hacerle una “cama turca”.
   Así fue. Dicho y hecho. Grande fue la sorpresa del trasnochador cuando quiso acostarse  para dormir.
   No fue más que tocar todos esos desechos “productos del mar” ahí depositados y escuchar una serie de gritos de espanto y sorpresa seguidos de improperios para aquel o aquellos que le habían jugado una broma tan pesada. Desde luego, nadie se despertó.
   Otro caso fue el que tuvo como protagonista a Cristina STIGLIANO, (única mujer que intervino en el evento) la que al ser arrastrada por el viento de altura mar adentro, muy adentro, en vez de accionar las cápsulas de anhídrido carbónico (CO2) de inflado automático de su chaleco salvavidas, comenzó a inflarlo soplando por la manguera que a ese efecto posee el equipo de flotación para no gastar las cápsulas. Todo un estado de ánimo!!!
Durante las otras jornadas del campeonato fuimos mejorando nuestra performance y consecuentemente la imagen, y así fueron pasando los días hasta nuestro regreso, que si bien deportivamente no fue una demostración excelsa de nuestras capacidades deportivas, nadie podrá quitarnos de la memoria esos días inolvidables que entre esquivadas al agua o chapuzón de por medio pasamos en la Ciudad de Mar del Plata.
A todo esto, fue Alfredo ALBERTENGO el ganador del Campeonato Rexina Acción ’72, debido a su performance en precisión de aterrizaje. Nunca mejor ganado el lauro, pues había demostrado que en esa oportunidad, en ese lugar había  sido el mejor de todos nosotros y el único que no mojó su paracaídas.
    Como casi siempre ocurre en casos en que las expectativas no se cumplen, aparece el ingenio local para expresar risueñamente la realidad del momento que se vive, tal es el caso de Armando AGOSTA que dada la pobrísima performance que habíamos logrado en este campeonato lo había rebautizado como: “Campeonato Rexignación ‘72”.
Finalizado el torneo, iniciamos el regreso por la ruta que pasa por la Ciudad de Balcarce y en Tandil paramos para descansar y almorzar, para luego, si, ya finalmente regresar a la ciudad de Buenos Aires donde el dueño de la empresa de publicidad saludó cordialmente y nunca más supimos de él.
                                                                                                                          Héctor Toto Gerling
                                            ------------------------------------------------------------

ARMANDO AGOSTA Y ALFREDO ALBERTENGO
SOSTIENEN EL TROFEO GANADO POR PAVITA

 
ARMANDO AGOSTA Y RENATO BECCARI
ALFREDO, RENATO Y ARMANDO
IMAGEN GENTILEZA CARLA ALBERTENGO Y VALERIA VILLANI
HIJA Y PRIMA DE ALFREDO ALBERTENGO


EN LA  FOTO:
ADRIANA DE SANTIS - ALFREDO MUSANTE - CRISTINA STIGLIANO -
ALFREDO ALBERTENGO - N.N.  -  PEDRO PONTI
IMAGEN GENTILEZA CARLA ALBERTENGO Y VALERIA VILLANI
HIJA Y PRIMA DE ALFREDO ALBERTENGO
IMAGEN GENTILEZA CARLA ALBERTENGO Y VALERIA VILLANI
HIJA Y PRIMA DE ALFREDO ALBERTENGO
ALFREDO ROSI - JORGE  STANCATI - GUSTAVO PÉREZ - N.N. - ALFREDO ALBERTENGO
NORBERTO ZADRA - ELSA GONZÁLEZ - ADRIANA DE SANTIS - N.N.
AL FONDO: TOTO
STANCATI - PÉREZ - ALBERTENGO
STANCATI
ELSA GONZÁLEZ - ZADRA - ROSI - PEREZ - STANCATI
STANCATI
  
CARLOS BUEDO Y JORGE STANCATI
  FOTO GENTILEZA JOHANNA
   
CARLOS A. BUEDO
 NORMA SANSONE
       
-------------------------------------------------









MISMA NOTA AMPLIADA


---------------------------------------------------


CONTINÚA EN CAPÍTULO  15