CAPÍTULO 24 CÉSAR E. PÁEZ
Su proverbial bonhomía y su don de gentes hacen que conocerlo y ser sus amigos sea un honor.
CÉSAR E. PÁEZ
Es titular de la licencia de paracaidista nº 2 otorgada por la Fuerza Aérea Argentina.
Realizó su primer salto a los 18 años de edad el 1º de Abril de 1950 desde un Piper PA 12, con un paracaídas automático Dimaer, en el aeródromo de Glew. Participó en los Campeonatos Nacionales de la primera época, organizados por la Dirección Nacional de Aviación Civil, en Coronel Pringles (B.A.) y Corral de Bustos (Cba.).
Tomó parte en la preselección que organizó la F.A.P. en 1965 en la Base Mariano Moreno para asistir al Campeonato Mundial a realizarse en Alemania, al que finalmente no se pudo concurrir, por las mismas razones que siempre debió sufrir y sufre nuestro deporte: la economía.
Compitió en el segundo Campeonato Argentino realizado en Juaréz Celman (Cba.) y en el 1er. Campeonato del Litoral, realizado en 1965 en el aeródromo Sauce Viejo de la ciudad de Santa Fe.
El 12 de Diciembre de 1953, siendo miembro del C.A.P. realizó un salto automático desde 5.100 metros (sin oxígeno) en el aeródromo Matanza, al que en ese momento se le confirió categoría de récord sudamericano. Fue un evento que para la época significó todo un acontecimiento, que tuvo gran repercusión y favoreció la difusión del paracaidismo deportivo.
Su curriculum paracaidista es muy extenso: abarcó la competición, la instrucción y la dirigencia. En este último aspecto, junto a otros camaradas, en Enero de 1956 fundó el Club Escuela de Paracaidistas Argentinos, con asiento en aeródromo Matanza. Fue su primer presidente y su primer instructor.
Fue también instructor del el C.A.P. en la década de 1960.Su proverbial bonhomía y su don de gentes hacen que conocerlo y ser sus amigos sea un honor.
ABELARDO CARBAJAL - NN - CÉSAR PÁEZ - NN -EDUARDO GRILLI -
LEOPOLDO BADUINO - CARLOS RICARDO RUCKAUF - RABE
EN CUCLILLAS: VILLOSLAGA - IRENE SARMIENTO - NN - NN - NN
IMAGEN TOMADA EL DÍA DE SU PRIMER SALTO
1º de Abril de 1950
CONTINÚA EN CAPÍTULO 25